A ver si vosotros os enteráis de algo, aunque algunas reflexiones por nuestro lado.
Primero, nos la sopla la frecuencia con la que eche polvos o los deje de echar, si se acuesta con hombres o mujeres, si es asexual o no, pero nos llama la atención que utilice todo eso para presentarse. Que te respetamos, eres libre, haz lo que te salga de las narices no tienes que dar la brasa ni sentirte más especial por ello. Nos da ab-so-lu-ta-men-te igual.
De igual manera nos da igual lo que coma, si es vegana o come carne, qué pesadez con que lo guay no es ser vegano, sino contarlo al mundo.
Os imagináis ir a una reunión de negocios y definirte por el tipo de relaciones sexuales que tienes ? Qué importa lo que haga, lo que coma o lo que se le pasa por la cabeza para contarnos que el culo no le cabe en el autobús y reclama al mundo bancos dentro del autobús ?
Porque total, para qué pensar que en caso de frenazo las implicaciones de que no tenga ningún tipo de freno ni agarre y la consecuencia es que aplaste a los que queden a su lado, eso no importa, el tema es que el mundo se adapte a ellos en lugar de lo contrario.
Cuando los tiempos eran más difíciles la gente no tenía tiempo para todas estas gilipolleces. Debe ser un Darwinismo inverso consecuencia de tiempos de bonanza.
Contribuido por Pablo
Melafó, con to las cosas raras que dice, seguro que alguna significa que se deja por detrás